Mueres en la congoja
porque no hay estrellas en tu cielo.
La oscuridad son tus cadenas...
Ella te humilla
en sus lúgubres alcobas,
e impiden que el aire fresco
acaricie tu alma buena...,
mas la luz viene con presteza
volando en su gloria inmensa
dividiendo mar y sombra
cual poderoso guerrero.
¡Trae en su voz de centella
la espada que al mal destroza!
¡Gózate, amigo, pues pronto el fuego
hará polvo a las escorias
y volverás a la tierra
que todavía te llora
cuando seas libre del llanto
y Dios te abrigue en su gloria...!
Lúgubres alcobas.
Original del poeta
Maximino amado M.P.
